Nueva York, EE.UU
www.thehighline.org
Si hay una ciudad capaz de reinventarse a sí misma, es Nueva York. Probablemente debido a que el espacio limitado de la isla de Manhattan obliga a que las zonas urbanas -por muy degradadas que estén- se transformen una y otra vez.
En esta ocasión le ha tocado a High Line, la línea de tren elevada a nueve metros de altura que recorre el oeste de la isla, en paralelo al río Hudson. Y que, entre 1934 y 1980, se utilizó para transportar mercancía a lo largo de la Décima Avenida.
Pues bien, esas vías abandonadas que han sobrevivido como un esqueleto inmóvil sobre las calles de la ciudad, son ahora un parque en las alturas gracias a Joshua David y Robert Hamonnd. Ambos pusieron en marcha el grupo Friends of the High Line hace ocho años con la intención de salvar esta reliquia de la historia industrial neoyorquina.
Al Parque de la High Line, se le han dedicado cerca de diez años de trabajo y costará en total $152.3 millones. El pasado 9 de junio se inauguró el primer tramo, que parte de la calle Gansevoort, en el barrio de Meatpacking, y termina la calle 18 (el siguiente tramo llevará el parque hasta la calle 34).
Este parque público que corre por encima de las avenidas de Chelsea, ofrece a los visitantes una perspectiva diferente de algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad e impagables vistas a cada cruce, sin duda una sensación única. Tanto, que ya lo han bautizado como “la alfombra voladora” o “el Central Park de la nueva generación”.
jueves, 18 de junio de 2009
The High Line Park
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