Barcelona. Edificio Catalana de Gas. Portal de l’Àngel, 22
Madrid. Cine Avenida. Gran Vía, 32
Dedicada al negocio de la moda, en su vertiente más
popular, H&M refuerza la imagen de su marca y quiere dejar
su impronta en las ciudades donde se instala. Apuesta por contribuir a la conservación del patrimonio y a la vez por darle nueva vida, modernizando antiguos edificios y adaptándolos a nuevos usos.
En sus intervenciones más llamativas empezó (2008) con la soberbia sede de Catalana de Gas, que construyó en el XIX el arquitecto Doménech Estapà, en un estilo clásico que pretendía alejarse del modernismo pero que compartía con él el gusto por las referencias históricas y por el cuidado puesto en los elementos decorativos.
Situado en pleno centro de Barcelona, H&M encargó al estudio de Mariscal una remodelación entera que resulta llena de contrastes y donde conviven los paneles de leds con los frisos y artesonados más historiados.
En Madrid, una intervención parecida ha salvado al antiguo cine Avenida. Levantado en la Gran Vía –que cumple ahora cien años- y en esa época en la que los cines eran el templo de la fantasía y aspiraban a convertirse en auténticos palacios, el Avenida estaba condenado a desaparecer y con él sus mármoles, sus dorados, los espejos en el techo, las grandes lámparas y las escalinatas que unían el vestíbulo con los pisos superiores.
Restaurado con detalle, el Avenida ha recuperado ahora el brillo del lujo original. Y convertido en comercio de moda ha recuperado también el favor del público que el cine fue perdiendo a medida que se iban imponiendo nuevas modalidades de ocio.
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