Tsarkoïe Selo
Pushkin - Rusia
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El ámbar, esa resina fosilizada que se confunde con el color de la miel, fue signo de opulencia y se puso de moda entre los más poderosos en el s. XVIII. La máxima expresión de ese lujo deslumbrante fue el magnífico salón de ámbar que Prusia Oriental regaló al imperio ruso para el palacio que había hecho construir Catalina la Grande en Tsarkoïe Selo. Hecho a medida por los mejores artesanos de Prusia, fue la joya del palacio, y motivo de admiración para toda la aristocracia europea. Pero con la II Guerra Mundial la magnífica sala desapareció.
Las tropas de ocupación alemanas, la desmontaron pieza por pieza y se la llevaron se supone que a Berlín. Pero la preciosa carga se perdió por el camino. Jamás se volvió a saber de ella …Tema de orgullo nacional para los rusos, el gobierno soviético emprendió la reconstrucción de la famosa decoración de ámbar como un asunto de Estado y, con ayuda de los mejores expertos y de toda la documentación que se conservaba, puso manos a la obra en el proyecto ingente de encontrar primero el ámbar y luego cortar y dar forma a más de medio millón de piezas, tal como se hizo dos siglos atrás.
En 2003, con la colaboración de capital alemán, veinticinco años de trabajo han dado su fruto. La sala que recibió Pedro el Grande y que hizo historia en el lujo de las cortes europeas luce como el primer día y puede visitarse en el palacio de Tsarkoïe Selo, en Puchkin, a 25 km de San Petersburgo.
miércoles, 18 de junio de 2008
Salón de ámbar - Tsarkoïe Selo
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