miércoles, 20 de marzo de 2013

Palais de Tokyo


13 Avenue du Président Wilson
75116 Paris, Francia

www.palaisdetokyo.com


A cualquier iniciativa le resulta difícil asomar la cabeza entre tantos museos y espacios culturales extraordinarios como tiene París. El Louvre, el Quai d’Orsai, el Quai Branly, el Centro Pompidou entre los de primerísima categoría, o el Guimet de arte oriental o el Picasso entre los de segunda resultan tan espléndidos que cualquier iniciativa que quiera hacerse un hueco a su lado corre el riesgo de pasar desapercibida.

No ha hecho un año de la inauguración oficial del ‘lifting’ del Palais de Tokyo, un espacio dedicado al arte contemporáneo, un centro que da una oportunidad a la experimentación y por ello también al asombro y al rechazo. El Palais de Tokyo se construyó para la Exposición Universal de 1936, aunque con otro nombre, pero con un estilo monumental, un aire poderoso y maneras art-decó. Es un edificio grande, aunque no lo aparenta, porque está en el escarpe que mira al Trocadero y se desarrolla cuesta abajo. Pero el interior es enorme y se ha destinado a llenar un hueco institucional en la agitada vida de la creación artística parisina.

En el interior, la entrada a las salas de exposiciones puede decepcionar porque el arte más actual juega a menudo con la falta de armonía y encaja mal con espacios ordenados. Exposiciones, instalaciones, vacíos, ambientes… se despliegan por las diversas salas del Palais y en sus distintos niveles, en un entorno descarnado, con apariencia de estar en fase de construcción o directamente de ruina en una línea que recuerda a la rehabilitación magnífica que se ha hecho de Matadero de Madrid.
Quien quiera ver algo distinto en París, más allá de las grandes atracciones habituales, y no se asuste por lo que pueda venir de ese filón tan controvertido que es el del arte contemporáneo, celebrará la visita al Palais de Tokyo, que además tiene un restaurante-cafetería bien interesante.

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