viernes, 20 de junio de 2014

National September 11 Memorial Museum


Lower Manhattan - Nueva York
Estados Unidos


www.911memorial.org/

Con una vida relativamente corta, si se compara con la de las principales capitales europeas, Nueva York ha sabido encumbrar sus propios monumentos, ennoblecerlos y crear en torno a ellos una sólida memoria de sobre su historia reciente.


La tragedia del 11S no podía cerrarse sin un recuerdo que se convirtiera en un poderoso polo de atracción para todos los que visitan la ciudad y en un homenaje permanente a las víctimas. Desde el pasado
mayo (2014) el National September 11 Memorial Museum es una realidad y uno de los lugares imprescindibles para quienes quieran penetrar en el alma de la Gran Manzana, con su enorme vitalidad, su desbordante energía y también con sus tragedias.

El nuevo monumento en memoria del 11 S ha sido el resultado de una cuidadosa reflexión y pretende ser un recuerdo sereno y al mismo tiempo expresivo de la gran catástrofe. El espacio ocupado por las famosas torres gemelas permanece sin construir, llano,
tratando de mantener el vacío que dejó el colapso de ambos edificios y creando un espacio para el sosiego. Dos fuentes, en realidad dos fosos de formas cuadradas se hunden en el suelo en el lugar exacto que
ocupaban cada una de las torres y dejan fluir una cortina de agua que se pierde en el subsuelo como se perdieron vidas e ilusiones.

Y entre ellas se levanta  un edificio de cristal de caras facetadas en el que algunos ven una brillante
joya que expresa el valor de la esperanza y del sacrificio de la ciudad entera y de sus ciudadanos. Paredes transparentes en unas partes, reflectantes en otras, con lineales y opacas en otras más crean un volumen de geometría irregular
que sugiere tanto el descalabro resultante del atentado como la capacidad de sobreponerse a él y dominar sus consecuencias.  Y que quiere ser una transición entre mundos opuestos, entre la superficie iluminada por la luz del sol
y el subsuelo de luces tenues donde se alberga el museo, entre el orden que preside la plaza ajardinada y la dureza que transmite el interior con los dos enormes pilares metálicos rescatados de los edificios en ruinas, entre el bullicio de la vida ciudadana que se desarrolla en la
superficie y el sobrio ambiente de respeto con que el museo rinde homenaje a las víctimas.

El National September 11 Memorial Museum no es un monumento más. Para Nueva York ya es parte de su historia más sentida y para los viajeros una visita obligada si desean acercarse al corazón de la ciudad.

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