viernes, 8 de octubre de 2010

Josef-Albers Museum Quadrat


Josef-Albers Museum Quadrat
Am Stadtgarten 20 - 46236 Bottrop - Alemania

No es un museo nuevo y sin embargo merece el viaje. Y, además, tiene sentido hablar de él porque está tan escondido y cae tan a trasmano que puede fácilmente pasar desapercibido...


Am Stadtgarten 20 46236 Bottrop
Alemania



No es un museo nuevo y sin embargo merece el viaje. Y, además, tiene sentido hablar de él porque está tan escondido y cae tan a trasmano que puede fácilmente pasar desapercibido.

El Josef-Albers Museum Quadrat está en un espacio natural espléndido, a las
afueras de Bottrop, en un parque arbolado, con senderos, riachuelos y lago incluidos en sus alrededores. Un entorno sereno y risueño –cuando hace sol- donde los haya.

¿Y el museo? Es en realidad un refrito, al que la fortuna ha tocado con la virtud del acierto. Nació como museo de la ciudad, de su historia y de la vida de sus gentes. Pero enseguida se le añadió una sección que ha desbordado a todas las demás, que le ha dado vida, que ha marcado su carácter y lo hace único: el museo Josef Albers.

Albers nació en Bottrop, fue diseñador, fotógrafo, escribió poesía, estuvo ligado a la Bauhaus de cuya escuela fue profesor y emigró a los Estados Unidos donde alcanzó el reconocimiento más alto dentro la brillante generación que se impuso después de la guerra.

El museo, en un edificio de líneas rectas, marcado por la horizontalidad, la luz y el cristal, guarda una selecta colección de pinturas de Albers –esos sutiles cuadrados de color que centraron su trayectoria y con los que experimentó sobre el cromatismo- y ofrece también exposiciones temporales de gran calidad que comparten el espacio con la obra del maestro de Bottrop.


La sensibilidad en el color, y la atención puesta en los efectos de la transición entre unos tonos y otros, tiene reflejo en el museo mismo cuya transparencia a base de cristal sugiere una continuidad entre el interior y el exterior.

En sus inmediaciones, un variado conjunto de esculturas se mezclan con la naturaleza y extienden en el paisaje la huella de la creación artística.

Hay que ir expresamente al Josef-Albers Museum Quadrat, pero merece la pena. No hay que perdérselo.

La web (sólo en alemán)

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